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Pedro, digno representante del jaguar
Con residencia oficial en el Zoológico de Puerto Vallarta, Pedro es descendiente directo de los jaguares de la Sierra de Vallejo ?brazo de la Sierra Madre Occidental, que se sumerge en el Océano Pacífico por Punta de Mita?, decretada como Área Natural Protegida desde el año 2004.

De fama añeja
El jaguar no es una estrella improvisada, de reciente surgimiento; su nobleza data de épocas anteriores a la llegada de los españoles. Para los nativos de Latinoamérica, su deidad principal es, ni más ni menos, que el pariente de Pedro, y en un rango semejante, el hombre jaguar. Cuando los ibéricos entran en escena, traen tres elementos básicos en este tema: caballos, armas y perros, con los que se ensañan contra el jaguar, para así ?destronarlo? e introducir la nueva religión, que comanda un dios muerto, con lo que les anula cualquier posibilidad de enfrentar una batalla: no hay dios jaguar vs. Jesucristo; así se da la fusión espiritual e ideológica-cultural que pervive hasta la actualidad.

Nada fácil
La inmensidad de las montañas, el verdor permanente de la Sierra de Vallejo, hacen pensar que es un paraíso para el jaguar, y para las 40 especies de mamíferos, 57 de anfibios y reptiles, tres de peces endémicos, 428 de aves, en un paraje con 724 diferentes arbustos y árboles, y en donde nunca falta el agua. Aún así no es fácil para Pedro.

El jaguar cada vez encuentra más restringido su escenario natural, más escasas las presas históricas con las que se alimenta. En su lugar hay potreros con ganado. Tampoco es que desprecie el platillo, lo que sucede es que se mete en problemas, y acaba siendo etiquetado como un animal peligroso, que atenta contra el patrimonio de los ejidatarios de la zona: entonces, es cazado ?y muerto?, y se presenta con foco rojo la extinción de la especie.

Datos concretos
Pedro pertenece a la especie ?Panthera onca?, el gato más grande en América. Es de color entre amarillo y ocre con diversas tonalidades, y pintas en forma de rosetas de color negro. El macho adulto pesa entre 80 y 120 kilos, y las hembras entre 70 y 80 kilos.

La reproducción de los jaguares se da en el periodo comprendido entre enero y mayo. La gestación es de alrededor de cien días, y la camada no pasa de dos crías. Los bebés jaguar nacen en madrigueras ?cuevas naturales?, con los ojitos cerrados y su pelaje fuertemente moteado de negro; pesan de 500 a mil gramos. Empiezan a percibir imágenes de los cinco a los quince días, y el destete se da antes de los tres meses, que es cuando comienzan a seguir a la madre.

Costumbres particulares
Pedro, como todos los de su especie, es solitario; el contacto con otros machos es ocasional, el área que se establece como zona de actividad es donde encuentra su alimento y la posibilidad de reproducción. De ahí que su deambular por la selva sea tan poco predecible; siempre anda en movimiento en busca de parajes en que no haya otros machos, para tener acceso a más de una hembra. Ellas, en cambio, son más estables, las típicas encargadas de los críos en un lugar conocido.

El hábitat actual de Pedro es controlado, y las cuatro hembras que lo acompañan están más que dispuestas para la reproducción, de hecho Pedro ya anda en esos menesteres, no tarda en ser papá.

Texto: Alicia Aldrete